Quien escribe esta nota, las decenas de miles de personas que fueron al estadio, los futbolistas, los cuerpos técnicos, los guardias de seguridad, la gente de staff, la prensa, la terna arbitral. Esa fue la lista de invitados de una fiesta Monumental en la que River se impuso sobre Argentinos y asentó su posición en el primer lugar del Torneo 2021, estirando la ventaja sobre Talleres a 9 puntos.
En el Monumental se respiraba, desde el minuto cero, una sensación de seguridad. El aroma de una certeza, el color de la certidumbre: River ganará este partido. Este presentimiento no solo lo respaldaban los hinchas desde las tribunas con un ambiente increíble, sino también los jugadores con una intensidad y prolijidad para imponerse a un rival que habla de la seguridad con la que cuenta hoy en día.
Los rendimientos individuales preponderantes convergen en un nivel colectivo brutal. Agustín Palavecino volvió a ser importante en el ataque, con participación directa en el segundo y tercer gol de River. El ex Deportivo Cali y Platense encuentra hoy su mejor forma física y futbolística, siendo fundamental para la creación, la distribución y la definición de las jugadas. Su calidad técnica para realizar pases está hoy en día al servicio del equipo, y el nuevo Pala parece por fin adaptarse al fútbol argentino: adquirió en los últimos encuentros una tendencia a trasladar hacia un lado, pisarla, observar el panorama y decidir, un despliegue que en los meses previos le faltaba.
Otro de los animadores de esta fiesta de fútbol fue Enzo Fernández. Luego de algunos meses de adaptación y rendimientos inconsistentes, el ex Defensa y Justicia comienza a instalarse dentro del equipo titular, no solo por su nivel actual sino por ser imprescindible para el sistema. En las últimas fechas River encuentra un juego de asociaciones por dentro, apoyadas en los laterales, que requiere de relevos y una ocupación de espacios exigente para lo físico. En este contexto, Fernández aparece como un armador de juego en la mitad de la cancha. Recibe y rompe hacia adentro, encuentra a Julián Álvarez tras una diagonal, distribuye hacia los costados con facilidad y se hace dueño de su sector. Su inteligencia para encontrar espacios y saber ubicarse le permite influir en el juego, y esto para el equipo es una excelente noticia.
En su vuelta al campo de juego, Paulo Díaz redondeó un encuentro más que correcto. Puso en el asador sus anticipos, el juego aéreo y las correcciones a las espaldas de sus compañeros, algo clave para poder cubrir los espacios y superar a Argentinos numéricamente en cada sector de la cancha, algo que ocurrió a lo largo de todo el encuentro. Díaz volvió a mostrar su calidad para la salida con pelota y fue sólido en el aspecto defensivo.
Santiago Simón fue otro animador, y su labor mantiene una regularidad que lo deja en el equipo titular de forma definitiva por un tiempo. El joven de 19 años aparece como opción de pase constantemente, fija marcas, permite las diagonales de Julián Álvarez con su ubicación y además tiene llegada al área por banda para tirar centros. Su proyección es infinita, y lamentablemente su estadía en River no será muy larga.
Bruno Zuculini disputó uno de sus mejores encuentros con la camiseta de River. El 5 fue mediocentro y cumplió el rol al pie de la letra, como establecen los manuales: una distribución clara, con primeros pases, recuperaciones en zonas altas y buena presión sobre los mediocampistas rivales. Se sumó a una defensa que cumplió: además del mencionado Díaz, Héctor David Martínez sumó otra actuación firme, mientras que Robert Rojas y Milton Casco cumplieron en las dos facetas, ofensiva y defensiva.
Aunque Benjamín Rollheiser y Braian Romero no tuvieron su mejor noche, el rendimiento se acercó a la media del equipo, y la compañía de Julián Álvarez ahora se pone en tela de debate: ¿cuál es su mejor socio? La Araña volvió a convertir y asistir y, más allá de no haber pesado en el desarrollo como en otros partidos, que su registro goleador se renueve con tanta frecuencia le inyecta confianza para lo que viene. Ahora tiene 11 goles en el Torneo 2021 y está primero en la tabla de máximos artilleros, junto con José Sand y José Manuel López, ambos de Lanús.
River volvió a mostrar un gran nivel futbolístico. Presionó en los momentos clave, ocupó los espacios con un criterio colectivo y garantizó los relevos necesarios para las escaladas de los laterales. Volvió loco a Argentinos Juniors, un rival al que minimizó a unas pocas aproximaciones algo inocentes, no lo dejó progresar y lo golpeó en los momentos justos. El Bicho se desmoronó en pocos minutos y River supo aprovecharlo, llegando casi a marcar el cuarto gol inmediatamente después del tercero.
Ganó, gustó y goleó. Desplegó una fiesta Monumental con todos los condimentos. Consiguió una victoria que suma un nuevo granito de arena a esta montaña enorme que es la confianza, el convencimiento y una idea de juego clara que encuentra su mejor momento en estas últimas semanas. Acumula ocho victorias al hilo y un invicto de trece encuentros por liga.
Cuide señora su gallinero...
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