Los detalles describen a un equipo
- Fabian De Cesare
- hace 5 horas
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Esta nota la escribo 1 día después de la eliminación de River frente a Palmeiras, aún en el hotel de la gris y sorprendentemente fría Sao Paulo, antes de emprender la vuelta a Buenos Aires. Porque a los hinchas que vinimos para acá, además de una nueva frustración futbolística que no repaga el esfuerzo realizado para estar presentes, también nos tocó venir a Brasil pisando octubre con temperaturas menores a 14 grados. Increíble.
Siempre decimos que a un equipo lo describen sus jugadores, su jerarquía, su mentalidad, su personalidad, el hambre que ostenta y el temple para superar con fuerza mancomunada cualquier tipo de obstáculo que el fútbol siempre se encarga de colocar en el andar de las distintas competencias. Pero a un equipo también lo describen los detalles. Y este equipo de River también da ventajas desde los detalles.
La vuelta de Gallardo se dió en Agosto 2024 haciéndose cargo de un equipo sin alma al cual pudo colocar en seminifinales de Copa Libertadores con lo justo, sin sobrarle absolutamente nada. El Mineiro nos llevó rápidamente a la realidad con todo lo que sabemos que sucedió en esa serie sobre todo en la ida en Brasil. Desatenciones, falta de inteligencia en momentos clave, mandíbula floja y una bajísima autoestima. Tan baja que ni siquiera el marco de hinchas, ni el inigualable recibimiento en la vuelta con Mineiro en el Monumental, ayudaron a por lo menos hacerle un gol que deje una luz de esperanza para ponerse en partido después del 0-3 en el Arena MRV de Belo Horizonte.
Cabe la aclarar que en toda la historia de River en Copa Libertadores, solo pudo ganar 5 veces en Brasil, de las cuales 3 fueron con Marcelo Gallardo sentado en el banco. No es para justificar nada, pero a veces los datos matan cualquier relato y no hay que confudirse.
No obstante, luego de esa dura derrota y de haber visto por TV la final jugada en nuestra propia casa, todos sabíamos que lo que se empezara a construir en lo referente a lo futbolístico desde ese momento, sería 100% Gallardiano. Desde la elección de las incorporaciones, las salidas del plantel y la identidad futbolística que le transmitiera al equipo de cara a la nueva temporada. Toda obra de su creación y responsabilidad.
Hoy, a poco más de 1 año de aquello y a pesar de estar punteros en la tabla anual, en su grupo en la liga y en 4tos de final de Copa Argentina, las expectativas generales para eliminar a Palmeiras en esta serie eran bajísimas. Ni el mismo entrenador que calificó de 5 puntos la actualidad de su equipo, podía ofrecer argumentos sólidos para que el hincha se ilusionara. Y sucedió la eliminación finalmente.
El juego de este equipo apareció solo en tramos de partidos y a cuenta gotas. En el viaje se perdió una final a 1 partido con Talleres de Cba (hoy luchando por la permanencia), un partido de eliminación directa con Platense de local, el mundial de clubes pasó sin pena ni gloria y en los partidos importantes (exceptuando el superclásico) nunca apareció el fuego sagrado. Tampoco se ligó nada, eso hay que reconocerlo.
Sin embargo, algo que me llama la atención poderosamente la atención en este equipo del Muñeco, es la falta de concentración y los descuidos permanentes de los ¨detalles¨.
Goles recibidos por desatenciones tontas en pelotas paradas en momentos claves de los partidos, expulsiones evitables que condicionan al equipo y momentos del juego que exponen la falta de picardía como herramienta para superar obstáculos. Y el dicho popular lo dice clarito: ¨donde hay un vivo, siempre hay un boludo¨.
Algo así sucedió anoche en el Allianz Parque con la complicidad del árbitro Andrés Matonte. Un tiro libre (de una mano inexistente) sacado rápido de atrás de mitad de cancha con los nuestros papando moscas, la espalda de Acuña vulnerada, el penal y el fin de una serie que siempre estuvo a tiro desde el resultado pero casi nunca desde el juego.
La autocrítica de Gallardo en conferencia de prensa fue clara (suele explicar a la perfección y sin biri biri lo que sucedió en cada partido) y también habló de errores en los detalles que te condenan contra equipos de jerarquía como Palmeiras. El tipo siempre se hace cargo.
Ahora hay que seguir adelante pero con todas las alarmas de las urgencias encendidas.
Los que lo estaban esperando a Gallardo viven horas de gloria. Propios y ajenos.
A River le queda como obligación la de consagrarse en el ámbito local porque la filosofía de que ¨es la copa o no hay mañana¨ es un error y puede ser muy peligroso.
River es gigante y tiene solo 4 Libertadores en sus 124 años de vida.
Para completar el combo, se viven horas tensas también en lo político, en un contexto pre electoral del club, en el cual el oficialismo intentará imponerse en Noviembre después de una excelente gestión institucional pero ampliamente deficitaria en lo deportivo.
Considero un pecado que la clara supremacía de River en el Fútbol Argentino a nivel institución, con un crecimiento inédito en infraestructura, no haya impactado proporcionalmente en las vitrinas del club con logros importantes futbolísticos.
Se viene una primera prueba de fuego el próximo Jueves 2 de Octubre frente a Racing en Rosario para intentar avanzar a semifinales de Copa Argentina, que además de una estrella, abre la chance de sumar alguna otra y da la tranquilidad de tener asegurada la plaza para la Libertadores 2026.
Otro desafío bien rápido a la vuelta de la esquina, mientras intento digerir la bronca y volver rápido a casa para terminar con esta semana de amargo sabor.
Esta historia continuara....
OBS: Habrá sido un error o un acto intencional de Palmeiras el hecho de haber puesto en el cartel electrónico la imagen del viejo escudo de River en la previa del comienzo del partido? Me vuelvo a Buenos Aires también con esa duda...

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